She's like a rainbow
Coming colors in the air

martes, 29 de marzo de 2011

Sarasa matinal

Una vez hace mucho tiempo escuché que Alejandro Dolina formaba una idea: según él podría existir una institución, dependiente del gobierno nacional, (como un ministerio) engargada de calificar a las personas.
     Una calificación que se basaría en múltiples aspectos de los ciudadanos: el aspecto físico, el intelectual, también el nivel de estudios, la remuneración que recibe, y todas las características en general que definen a una persona, que la define diferenciándola de otra. Esta calificación tendría un resultado numérico del 1 al 10, como en el colegio.
      Entonces, vos: gordo y pelado, 35 años, motoquero, repartidor de pizzas, medio fofo, no superas los 1800 pesos por mes (con toda la furia), pero sos buena persona, y tenés lindos ojos. Entonces sumas en total una cantidad X de puntos que se promedian: en este caso vos das un resultado de 6. La clasificación puede modificarse cada año. Como sos un 6, podes aspirar a mujeres de 6 para abajo, y quizás tirarte a un 7 con autoestima baja, pero no te ilusionarías jamás con un 8, ni con 9, ni con 10.    
    El estado nacional aseguraría, entonces, que la gente se encuentre con otra gente acorde a su nivelación, para agilizar el proceso de conocer personas e intentar entablar una relación.
¿Seré un 4?¿Un 8?
¿Y si  soy un 4 y me fijo en gente 8?
¿Y si merezco un 9?
      ¿Cuáles serían los aspectos que darían mas puntaje? ¿Sería la belleza, sería la inteligencia, sería la valentía, sería la inocencia, sería la responsabilidad, sería la gracia, seria la altura, sería el dinero, sería el coraje, sería la sinceridad, la hipocresía, la tolerancia, la fe, la incondicionalidad, la soberbia, la sonrisa, o el buen humor?
      Seguramente la primer dificultad serían las diferencias de criterio con respecto a la belleza, y además ¿Cómo medir la soberbia o su ausencia, o la pureza? ¿Con qué medidores racionales propios del positivismo científico llevarían a cabo esta tarea los funcionarios de dicho ministerio?
      ¿Solucionaríamos de una vez el miedo a al amor?, o directamente eliminaríamos la palabra amor del diccionario Larousse y la suplantaríamos con una como conveniencia, felicidad, equilibrio o buen pasar.
     Incluso podríamos llevar a cabo una categorización de las relaciones que se podrían establecer, y de acuerdo con lo que cada uno quiera, la puntuación tendría en cuenta cualidades respectivas de cada categoría. Por ejemplo, un negro hercúleo sacaría mejor puntaje que un flácido sin  flexibilidad alguna, en la categoría “solo sexo”.
Me voy a dormir, hasta mañana.

1 comentario:

  1. Wow. Es genial.
    Te juro que este texto me voló la peluca.

    Definitivamente ese sistema es una utopía, no creo que nadie este en condiciones de calificar personas con patrones tan arbitrarios.
    De todas formas, casi segura de que un 4 no sos, y el 9 te lo merecés.

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